RESPIRABA ALICANTE LAS FIESTA NAVIDEÑAS CON MUCHO SOSIEGO Y TRANQUILIDAD EN LOS AÑOS 1960 Y 70, DABA LA SENSACIÓN DE SER UN PUEBLO GRANDE DONDE LA VIDA COMERCIAL TRANSCURRÍA ENTRE ALFONSO EL SABIO Y LA RAMBLA Y EL SOLECITO DE LAS TERRAZAS DE LA EXPLANADA... UNA MARAVILLA.
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